The World Bank, conocido en español como el Banco Mundial, dio a conocer esta semana un duro prospecto sobre la economía global actual y lo que le depara el futuro. En su extenso informe, expone que el riesgo de estanflación aumenta en medio de una fuerte desaceleración del crecimiento de la economía. Una desalentadora proyección que llena de incertidumbre a los inversionistas sobre cómo impactará al mercado bursátil y el precio de bitcoin.
Se conoce como estanflación a una situación de estancamiento económico con aumento de desempleo y de inflación. Según el Banco Mundial, este panorama es cada vez más probable, con consecuencias potencialmente dañinas para economías de ingresos medios y bajos.
«La guerra en Ucrania, los confinamientos en China, las interrupciones de la cadena de suministro y el riesgo de estanflación (sumado a la pandemia de covid-19) están golpeando el crecimiento. Para muchos países, la recesión será difícil de evitar», dijo el presidente del Banco Mundial, David Malpass.
La entidad espera que el crecimiento mundial se desplome del 5,7% al 2,9% en 2022 y continúe ese ritmo en 2023 y 2024. Esto a medida que la guerra en Ucrania interrumpa la actividad, la inversión y el comercio en el corto plazo, la demanda reprimida se desvanezca y se retire la acomodación de la política fiscal y monetaria.
Además, indica que, como resultado de los daños causados por la pandemia y la guerra, el nivel de ingreso per cápita en las economías en desarrollo será casi un 5% menor este año que su tendencia anterior a la contingencia del covid-19.
«Los mercados miran hacia adelante, por lo que es urgente fomentar la producción y evitar restricciones comerciales. Se necesitan cambios en la política fiscal, monetaria, climática y de deuda para contrarrestar la mala asignación de capital y la desigualdad»
David Malpass, presidente del Banco Mundial.
Operación: salvar a la economía ante probable estanflación global
El informe compara las condiciones económicas mundiales actuales con la estanflación de la década de 1970. De esta manera, considera que ambas coyunturas se asemejan en tres aspectos clave.
Primero, perturbaciones persistentes de la oferta que alimentan la inflación, precedidas por un período prolongado de política monetaria altamente acomodaticia en las principales economías avanzadas. Segundo, perspectivas de debilitamiento del crecimiento. Y tercero, vulnerabilidades en economías de mercados emergentes y en desarrollo debido al endurecimiento de la política monetaria para controlar la inflación.
El Banco Mundial recuerda que la recuperación de la estanflación de 1970 requirió fuertes aumentos de los tipos de interés en las principales economías avanzadas. Sostiene que tales decisiones desempeñaron un papel destacado en el desencadenamiento de una serie de crisis financieras en las economías de mercados emergentes y en desarrollo.
Tal como quiere la entidad, el Banco Europeo comunicó hoy que tiene previsto aumentar las tasas de interés, mientras que Estados Unidos ya lo está haciendo. Esta acción es lo que distintos especialistas indican que está generando una tendencia bajista en los mercados en general, incluyendo a bitcoin.
De este modo, la entidad enfatiza que la estanflación podría afectar a las economías de mercados emergentes y en desarrollo. Por eso, Ayhan Kose, el director del grupo de perspectivas del Banco Mundial, estima que estos lugares tendrán que equilibrar la necesidad de garantizar sostenibilidad fiscal con la necesidad de mitigar los efectos en sus ciudadanos más pobres.
«Comunicar claramente las decisiones de política monetaria, aprovechar marcos de política monetaria creíbles y proteger la independencia del banco central puede anclar efectivamente las expectativas de inflación y reducir la cantidad de endurecimiento de políticas necesario para lograr los efectos deseados sobre la inflación y la actividad».
Ayhan Kose, director del grupo de perspectivas del Banco Mundial.
Banco Mundial proyecta que la inflación mundial se modere en 2023
Sobre su estudio comparativo, el organismo hace una salvedad sobre que hay múltiples dimensiones que se diferencian de la década de 1970. Recalca que en contraste ahora el dólar es fuerte, los aumentos porcentuales de los precios de los productos básicos son menores y los balances de las principales instituciones financieras son generalmente sólidos.
Además, lo que considera aún más importante es que, a diferencia de 1970, los bancos centrales de las economías avanzadas y muchas en desarrollo ahora tienen mandatos claros para la estabilidad de precios. Y percibe que, en las últimas tres décadas, han establecido un historial creíble de logro de sus objetivos de inflación.
Es por este motivo que espera que la inflación mundial se modere el próximo año, aunque advierte que probablemente por encima de los objetivos en muchas economías. Por eso, resalta la necesidad de una acción política global y nacional decisiva para evitar las peores consecuencias de la guerra en Ucrania y el resto de factores contextuales para la economía global.
«Los responsables de la formulación de políticas deben abstenerse de políticas distorsionadoras como los controles de precios, las subvenciones y las prohibiciones de exportación, que podrían empeorar el reciente aumento de los precios de los productos básicos», establece el informe.
En este sentido, señala que, si la inflación sigue siendo elevada, una repetición de la resolución del episodio de estanflación anterior podría traducirse en una fuerte recesión mundial junto con crisis financieras en algunas economías de mercados emergentes y en desarrollo.
¿Qué pasa con bitcoin en medio de una probable estanflación?
Cabe destacar que otro factor diferencial de la estanflación de 1970, que no distingue el Banco Mundial en su informe, es la existencia de bitcoin (BTC). La adopción de esta criptomoneda descentralizada está creciendo a nivel global, al igual que el interés de los gobiernos por regular su uso, convirtiéndose así en otro jugador en la desalentadora economía.
Es por eso que habrá que ver cómo este activo funciona en medio del complejo escenario que proyecta el Banco Mundial. Analistas, como Zoltan Poznar, creen que la demanda de bitcoin podría crecer ante la recesión y crisis económica que se proyecta, lo que haría que su precio suba en consecuencia. Probablemente impulsado por la baja de otros activos, la especulación alcista, la autocustodia que permite y la facilidad para realizar transferencias.
El precio de bitcoin ha estado en caída los últimos siete meses. Fuente: CoinGecko. |
Aunque, desde una perspectiva pesimista, se puede pensar que, en momentos de desestabilidad económica, las personas buscan refugio en activos no riesgosos. Un panorama que podría afectar la adopción y el precio de bitcoin, que se caracteriza por su volatilidad.
De hecho, especialistas como el trader Eduardo Gavotti expresaron a CriptoNoticias que esta situación es lo que está generando la actual tendencia bajista de bitcoin. Aunque tal dirección podría revertirse como ocurrió durante la pandemia llegando a su máximo histórico. Por lo cual, solo queda evaluar cómo se desenvuelve el mercado poco a poco si se desencadena la estanflación que proyecta el Banco Mundial.
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